Tipos de biodegradación en los plásticos

La biodegradación es un proceso natural en el cual microorganismos como bacterias, hongos y algas descomponen materiales, reduciéndolos a compuestos más simples, como dióxido de carbono, agua y biomasa. En el caso de los plásticos, la biodegradación puede ser un proceso complejo, ya que no todos los plásticos están diseñados para descomponerse de la misma manera. Existen diferentes tipos de biodegradación que actúan sobre los plásticos en función de su composición y de las condiciones ambientales, y cada tipo implica distintos plazos y métodos de descomposición.

En este post exploraremos cómo funciona la biodegradación en los plásticos, las características de los principales tipos y cómo este proceso se relaciona con los problemas de gestión de residuos en la actualidad.

Biodegradación aeróbica y anaeróbica

  1. Biodegradación aeróbica La biodegradación aeróbica ocurre en presencia de oxígeno y es el proceso más común en los plásticos biodegradables. Durante este proceso, microorganismos como bacterias y hongos descomponen el plástico en dióxido de carbono, agua y biomasa. Este tipo de biodegradación ocurre en ambientes expuestos al aire, como los vertederos controlados o sistemas de compostaje industrial, que ofrecen las condiciones óptimas para una degradación eficiente.

    Para los plásticos biodegradables fabricados a partir de materiales orgánicos, como los bioplásticos derivados de almidón o celulosa, la biodegradación aeróbica es la más adecuada. Sin embargo, incluso estos plásticos requieren condiciones de temperatura, humedad y oxígeno controladas para descomponerse de manera rápida y efectiva. Por eso, aunque en teoría estos materiales pueden degradarse en vertederos, lo hacen mucho mejor en instalaciones específicas de compostaje industrial.

  2. Biodegradación anaeróbica La biodegradación anaeróbica ocurre en ausencia de oxígeno, en lugares como los rellenos sanitarios profundos y algunas instalaciones de digestión anaeróbica. Este proceso produce metano y dióxido de carbono como subproductos, además de agua y biomasa. Aunque el metano es un gas de efecto invernadero, su captura y uso en instalaciones especializadas puede convertirlo en una fuente de energía, reduciendo el impacto ambiental.

    Este tipo de biodegradación es menos común en plásticos, ya que la mayoría de ellos están diseñados para biodegradarse en condiciones aeróbicas. Sin embargo, algunos bioplásticos están comenzando a ser diseñados para facilitar la biodegradación en condiciones anaeróbicas, lo cual es un avance interesante en cuanto al manejo de residuos en rellenos sanitarios.

Biodegradación en condiciones industriales vs. domésticas

  1. Biodegradación en condiciones industriales La biodegradación industrial es aquella que ocurre en instalaciones especialmente diseñadas para descomponer materiales biodegradables bajo condiciones controladas de temperatura, humedad y oxígeno. Estos sistemas están pensados para optimizar el proceso de degradación y hacer que los materiales se descompongan en un plazo razonablemente corto, generalmente entre 90 y 180 días.

    Muchos plásticos etiquetados como «biodegradables» o «compostables» requieren condiciones industriales para su descomposición completa. Sin estas condiciones óptimas, el proceso de biodegradación puede ser extremadamente lento. Por esta razón, es importante que los consumidores verifiquen las especificaciones del material y no confundan estos plásticos con los que se pueden compostar en casa.

  2. Biodegradación en condiciones domésticas Los plásticos que son capaces de biodegradarse en condiciones domésticas están diseñados para descomponerse a temperaturas y condiciones que se pueden lograr en una pila de compost casera. Estos plásticos son menos comunes y suelen ser más costosos de producir, ya que requieren materiales especialmente formulados para una biodegradación eficiente en condiciones menos controladas.

    Un ejemplo de estos plásticos es el PLA (ácido poliláctico), que se descompone más fácilmente en compostadores domésticos. Sin embargo, aún necesita cierta cantidad de calor y humedad para descomponerse completamente, por lo que su uso también está limitado a contextos en los que el compostaje casero sea una práctica común.

Biodegradación en medios naturales

  1. Biodegradación marina La biodegradación marina es un proceso por el cual los plásticos se descomponen en ambientes acuáticos, como océanos y ríos. Sin embargo, la biodegradación en el medio marino es compleja y extremadamente lenta debido a las bajas temperaturas y la menor presencia de microorganismos descomponedores. La mayoría de los plásticos tradicionales no se biodegradan en el océano y, en cambio, se fragmentan en microplásticos que persisten en el agua durante décadas o incluso siglos.

    Actualmente, algunos investigadores están trabajando en plásticos que pueden biodegradarse en entornos acuáticos, pero el desarrollo de estos materiales sigue en etapas tempranas y plantea desafíos significativos en términos de producción y costo.

  2. Biodegradación en el suelo La biodegradación en el suelo ocurre cuando los microorganismos descomponen los plásticos en entornos terrestres, como campos de cultivo o bosques. Algunos plásticos biodegradables, como ciertos tipos de bioplásticos agrícolas, están diseñados para descomponerse en el suelo después de cumplir su función. Sin embargo, al igual que en los entornos acuáticos, la biodegradación en el suelo es lenta y depende de factores como la temperatura, la humedad y la presencia de los microorganismos adecuados.

    Aunque el desarrollo de plásticos que puedan biodegradarse en el suelo es un paso en la dirección correcta, es importante recordar que este tipo de biodegradación no es una solución definitiva para los residuos plásticos, ya que sigue siendo un proceso lento y no siempre completo.

Retos y futuro de la biodegradación en plásticos

A pesar de los avances en la creación de plásticos biodegradables, todavía existen muchos desafíos para lograr una biodegradación rápida y efectiva en todos los entornos. La mayoría de los plásticos actuales no se descomponen naturalmente y, al ser arrojados a la basura o al entorno, terminan contaminando el suelo, los océanos y otros ecosistemas.

El futuro de los plásticos biodegradables dependerá de un mayor desarrollo de tecnologías que permitan su descomposición en condiciones más diversas, como en el mar o en vertederos. También es crucial que se sigan promoviendo políticas que incentiven el uso de estos materiales en productos de uso cotidiano, como empaques y envases.

Reducir el consumo de plásticos y optar por alternativas más sostenibles sigue siendo la mejor estrategia en términos de impacto ambiental. Optar por materiales reutilizables, reducir el uso de plásticos de un solo uso y aprender a disponer adecuadamente de los plásticos biodegradables son pequeños pasos que pueden marcar una gran diferencia en la lucha contra la contaminación plástica.

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