La importancia de reducir el uso de envases plásticos en meriendas

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Las meriendas son momentos clave en el día de todos, especialmente de los más pequeños. Son esos descansos donde recargamos energía, disfrutamos un bocadillo o algo dulce, y muchas veces recurrimos a productos prácticos, ya envasados para llevar y consumir sin complicaciones. Sin embargo, la mayoría de estos snacks vienen en envases plásticos de un solo uso que, una vez en la basura, no tienen un destino claro ni sostenible. Reducir el uso de estos envases es un cambio pequeño que, si lo llevamos a cabo de forma constante, puede tener un impacto significativo en la reducción de residuos y en nuestra relación con el medio ambiente. Aquí te contamos por qué es importante y cómo podemos contribuir de manera fácil y efectiva.

Los envases plásticos en la merienda, conveniencia que contamina

Es muy común recurrir a bolsas plásticas, envases individuales y botellas desechables cuando planeamos una merienda rápida. Si bien estos envases resultan convenientes por su facilidad de transporte y porque mantienen el alimento fresco, en realidad su impacto ambiental es alto. La mayoría de estos empaques están hechos de plásticos que tardan cientos de años en degradarse y, mientras tanto, se van descomponiendo en microplásticos, contaminando el agua y el suelo, afectando la fauna e ingresando en la cadena alimentaria.

Además, estos envases muchas veces no son reciclables, o el proceso de reciclaje no se lleva a cabo debido a la falta de instalaciones adecuadas o la mala disposición de los residuos. A nivel mundial, se estima que menos del 10% del plástico producido se recicla, lo cual es preocupante si pensamos en la cantidad que consumimos diariamente.

Alternativas para meriendas sin plásticos

Optar por meriendas libres de envases plásticos no es complicado, y existen alternativas creativas y prácticas que se pueden adaptar a cualquier rutina:

  1. Envases reutilizables. Elige recipientes de acero inoxidable, vidrio o silicona para llevar frutas, frutos secos, o bocadillos caseros. Estos envases pueden usarse una y otra vez, y muchos de ellos son resistentes y prácticos para llevar en cualquier bolsa o mochila.
  2. Bolsas de tela o cera de abeja. Las envolturas de tela y cera de abeja son opciones ecológicas que mantienen los alimentos frescos. Son ideales para envolver sándwiches, frutas o cualquier alimento sólido y pueden limpiarse fácilmente para su siguiente uso.
  3. Frascos de vidrio. Los frascos pequeños son perfectos para llevar yogur, smoothies, o frutas cortadas. Son duraderos y ayudan a reducir el uso de botellas plásticas desechables.
  4. Frutas y snacks sin envasar. Elegir frutas y snacks que no necesitan empaque adicional es una forma sencilla de reducir los residuos plásticos. Un plátano, una manzana, o una porción de frutos secos son opciones perfectas que puedes llevar sin necesidad de un envase de plástico.
  5. Compra a granel. Si prefieres preparar meriendas caseras, la compra a granel te permite llevar la cantidad justa de ingredientes sin tener que recurrir a los envases plásticos. Hoy en día, muchas tiendas permiten que lleves tus propios recipientes para reducir aún más el uso de empaques desechables.

Beneficios medioambientales de las meriendas sin plásticos

Cada pequeño cambio cuenta, y al reducir el uso de envases plásticos en las meriendas, contribuimos a disminuir la contaminación por plásticos. Además, esta práctica reduce la demanda de productos de un solo uso, lo cual lleva a una menor producción de estos materiales a nivel industrial, minimizando la huella de carbono asociada a la fabricación y el transporte de plásticos.

Apostar por alternativas reutilizables también incentiva una economía más circular. Al utilizar envases que podemos lavar y volver a usar, reducimos el consumo de productos que inevitablemente terminarían en vertederos o en los océanos. Esto ayuda a conservar los ecosistemas marinos, que son especialmente sensibles a la contaminación plástica, y a proteger la biodiversidad, evitando que animales y plantas se vean afectados por los desechos.

Crear hábitos sostenibles en los más jóvenes

Para muchas familias, reducir el plástico en las meriendas es también una oportunidad educativa. Los niños y adolescentes aprenden por imitación, y al vernos tomar decisiones conscientes sobre el uso de materiales, están más propensos a desarrollar hábitos sostenibles. Incentivar el uso de recipientes reutilizables o enseñarles la importancia de elegir productos con menos empaques desechables les ayuda a entender que, aunque sea un pequeño acto, tiene un impacto positivo en el planeta.

Fomentar esta conciencia en las meriendas puede ser el primer paso para que los niños se interesen por otros aspectos de la sostenibilidad y se conviertan en futuros consumidores responsables.

Dar el primer paso hacia un cambio colectivo

Reducir los envases plásticos en las meriendas es una práctica que no solo tiene beneficios inmediatos para el medio ambiente, sino que también promueve un cambio cultural en la manera en que nos relacionamos con el consumo de productos de un solo uso. La simplicidad de este cambio permite que cualquier persona lo adopte, y si más personas deciden tomar esta pequeña acción, el impacto se multiplica.

Cada vez que optas por una merienda sin plástico, estás eligiendo cuidar el planeta de manera activa. Este sencillo cambio puede inspirar a otros a unirse a la causa y contribuir a una sociedad más sostenible.

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